Estamos en el mes de la lucha contra el cáncer de seno, y yo no quiero dejar de tocar un tema muy sensible para todas las mujeres que lo padecen: cómo afecta esta enfermedad  la intimidad y la sexualidad de la pareja.

Sin duda alguna, es un trance doloroso, que genera muchos temores, dudas y conflictos, capaz de afectar adversamente a cualquier pareja.

¿De qué manera? Eso depende de la situación particular de cada mujer, de su estado anímico, punto de vista particular, el apoyo que ella reciba de sus seres queridos, y el tipo de tratamiento al que deba ser sometida.

Sin embargo, he aquí algunas de las maneras en que más comúnmente se ve afectada la sexualidad como consecuencia del cáncer de seno:

  • Cambios en la imagen corporal: es muy frecuente que una mujer con cáncer de mama, experimente mucha negatividad en cuanto a su imagen corporal, sobre todo si existe pérdida o alteración del seno.  El rol que juegan los senos en la actividad sexual puede cambiar.  Algunas mujeres se sienten muy incómodas mostrándose ante sus parejas, mientras que otras no tanto.  Por otra parte, muchas mujeres prefieren enfocar el erotismo físico en otras partes del cuerpo y prefieren minimizar sus senos como zona erógena.
  • Menopausia médica: independientemente de la edad de la mujer, si parte del su tratamiento incluye quimioterapia, es posible que éste le provoque menopausia médica, evidenciándose en síntomas de resequedad vaginal, los famosos calentones (o “hot flashes”), desbalances hormonales (que pueden afectar directamente el nivel de deseo sexual), e infertilidad.  La quimioterapia también puede resultar en pérdida del cabello y aumento de peso, dos factores que también resultan muy negativos a la autoestima física de la mujer, así como náuseas y fatiga – efectos a su vez muy poco sexys.
  • Falta de deseo: la disminución del deseo puede tener un componente psicológico, pero básicamente es un problema físico. Los autores de un estudio publicado en ‘Journal of Sexual Medicine’, que analizó a 1.684 mujeres que sobrevivieron a un tumor mamario, comprobaron que la mayoría de ellas (70%) presentaba falta de deseo sexual, baja autoestima, menos placer e, incluso, dolor durante el coito, debido a que la terapia reseca las mucosas. Estos trastornos de la función sexual no tenían que ver ni con la fase del tumor ni con el tipo de cirugía realizada para extirparlo (mastectomía -retirada de la mama- o lumpectomía -cirugía más conservadora que extrae los bultos pero no el pecho-). Y quienes sufrían síntomas vasomotores -sofocos y sudores nocturnos- como consecuencia del tratamiento -especialmente de los inhibidores de la aromatasa- tenían dos veces más posibilidades de ver mermada su sexualidad que el resto. Un efecto que, sin embargo, no se vio con la quimioterapia.

Esto en cuanto a cambios físicos.  Y no podemos dejar de sumarle el miedo, la depresión y la frustración que los integrantes de la pareja pueden experimentar ante una enfermedad tan seria.  Estos temores pueden incluir miedo a ser abandonada por estar enferma, miedo al rechazo, miedo de parte de la pareja a provocar dolor o incomodidad a su mujer… En fin, las variantes son infinitas.

Pero yo quiero arrojar luz y esperanza sobre este tema tan delicado, y decirle a todas las mujeres que hoy están luchando contra el cáncer que se mantengan con la mente positiva, optimistas, porque la gran mayoría de estos problemas relacionados con la sexualidad, se pueden manejar!
Es imprescindible que si se trancan en el camino busquen alternativas, sean creativas, y se comuniquen abiertamente.  La comunicación en pareja es fundamental. Y la buena información les ayudará a prepararse de la mejor manera para enfrentar el reto de sobrepasar juntos esta enfermedad.

Reciban todo mi amor, comprensión y energía para superar este desafío!

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