Lo que no conocías del Kamasutra

“El Amor es actuar de forma que resulte agradable al oído, tacto, vista, gusto y olfato, cada uno en su ámbito, todo controlado por la mente unida al alma. Pero, en concreto, el Amor es la sensación adecuada de ésta última, rebosante de la alegría que brota de la conciencia, y rica en resultados, relacionada con un contacto especial. Esto se puede aprender en el Kamasutra y frecuentando gente de mundo”.

El Kamasutra no sólo es un libro “en el que se pueden consultar diferentes posiciones sexuales”, sino un método que permite la unión erótica de un hombre y una mujer en aras de su realización. El Amor, la Utilidad y la Ley Sagrada son las tres esferas a las que un hombre debe dedicarse para encontrar la felicidad “sin espinas, infinita, tanto aquí abajo como en el otro mundo”. Las mujeres estaban ampliamente relegadas por este tratado hindú, pues dentro de él se aclara que “las mujeres no entienden de tratados, por lo que sería inútil instruirlas, pero si entienden el aspecto práctico”, y de la mano con el hombre, pueden alcanzar la felicidad propia. El texto escrito por Vatsiaiana, religioso y escritor del Imperio gupta, muestra claras referencias a una sociedad machista y con la imagen de una mujer relegada a asuntos menores dentro del organigrama social.

Buscando combatir la desinformación en torno al libro que ha trascendido en la historia y ha roto cualquier frontera de idioma y cultura, te compartiremos algunos de los apartados de la primer parte del libro. En éste se detallan cuestiones del sexo en general, el lugar del hombre en la sociedad, clasificación de las mujeres y una discusión sobre los besos y diferentes tipos de juegos sexuales. Comencemos con cómo debe comportarse un buen hombre.

“El hombre elegante se levanta a buena hora y debe procurar cumplir con sus obligaciones: cepíllese los dientes, dese una dosis moderada de ungüento, de incienso y pónganse una guirnalda; pásese la cera de abejas y el lápiz (por los labios), mírese en el espejo y tome betel para perfumar la boca, luego inicie sus ocupaciones. […]

[…] Al terminar con los amigos, en la habitación bien acomodada y rebosante de incienso perfumado, espere en la cama a las mujeres en visita amorosa, mande alcahuetas o vaya personalmente en su búsqueda. reciba en compañía de los amigos a los huéspedes con palabras aduladoras y con gestos corteses”.

Un hombre bien perfumado, con respeto a su cuerpo y con pulcritud podía aspirar a volver a su casa y disfrutar de las visitas amorosas.  Siguiendo con los apartados del considerado “trabajo básico sobre el amor en la literatura sánscrita”, existe uno dedicado al examen de los amantes, de los amigos y de la función de los alcahuetes. En él se detalla el tipo de amor que existe en virtud del “tipo de mujer” y cuáles deben evitarse a toda costa. –

 “El amor dirigido a una mujer que no ha tenido otro hombre, en paridad de rango dentro de las cuatro clases sociales y según las escrituras, da hijos, confiere honor y corresponde a los usos del mundo. Lo opuesto, y prohibido, es el amor con mujeres de clase superior y casadas con otro. El amor con mujeres de clase inferior, no expulsadas de la sociedad, con prostitutas y con viudas que se han vuelto a casar no se prescribe ni se prohíbe, pues sólo vale para el placer. En este ámbito, las amantes son de tres tipos: doncella, viuda que se ha vuelto a casar y prostituta. […]

[…] Estas son las mujeres a las que no hay que frecuentar nunca: a una leprosa; a una loca; a una expulsada de la sociedad; a la que revela secretos; a la que expresa sus ganas en público; a la que casi ha superado la juventud; a la que es demasiado blanca, o demasiado negra; a la que huele mal; a una ligada por parentesco; a una amiga; a una monja, y a las esposas de los familiares, de los amigos, de los sabios brahmanes o del rey”.

Como aclaramos, el tratado tiene recomendaciones de posiciones para mejorar la satisfacción y el placer, pero no podían quedar fuera las descripciones de cómo una unión erótica depende del tipo de hombre y mujer que interfiere en ella. Existen tres tipos de amantes masculinos y tres amantes femeninas, por lo que las posibilidades resultan por demás interesantes: –

“Los distintos tipos de amante masculino, en relación con el órgano sexual, son liebre, toro, caballo. La amante, por el contrario, puede ser cierva, yegua o mujer elefante. En este ámbito, cuando la relación tiene lugar a la par, se dan tres uniones iguales. En caso contrario, existen seis desiguales. […] Quien, en el momento de los abrazos, está desganado, tiene poca virilidad y no aguanta los azotes cariñosos es un hombre de pasión débil. En antítesis con esto hay amantes de pasión moderada o ardiente; y lo mismo vale para la enamorada. También en esto, como respecto a las medidas, los tipos de unión son nueve. En relación con la duración, los amantes pueden ser veloces, medios o lentos. Hay diversidad de opiniones respecto a la mujer. Hay quien sostiene que ella no consigue la satisfacción igual que el hombre, sino que su deseo viene aplacado de forma continuada por el macho. Este deseo produce, si viene acompañado de la alegría de la conciencia, un placer distinto, en el que la mujer tiene el conocimiento del deleite”.

Dado que el sexo entendida como la consumación del amor en una pareja, el tratado del Kamasutra también cuenta con una clasificación de los tipos de amor, diferenciados por cómo nace y se expresa:

“Los expertos en los tratados dicen que el amor es de cuatro tipos: por práctica y por conciencia, por convencimiento y por sensualidad. El amor que nace de una percepción, y tiene como característica la reiteración, hay que considerarlo amor “por práctica”, como sucede con la caza o actividades parecidas.

El amor por acciones nunca antes realizadas, que no se basa en objetos sensoriales, sino que nace de una idea, será amor “por conciencia”. Esto se reconoce en el amor con la boca de los eunucos o de las mujeres, y en las distintas iniciativas como besos y otras cosas parecidas.

Quien conoce los tratados llama amor hecho “por convencimiento”, si piensa: “¡Es eso realmente”, cuando la causa del afecto es otra. El amor evidente, conocido por todos, es el que descansa en los objetos de los sentidos, porque da los frutos más importantes: de éste adquieren significado también los otros”.
El juego previo al acto sexual, es necesario y de suma importancia para la consumación del acto sexual puesto que durante él las parejas construyen su intimidad y abren sus sentidos al placer, resulta entonces vital conocer las reglas para morder a la pareja, distintas maneras de acostarse, utilización de golpes, cómo recurrir a gemidos apropiados o las variedades del beso:

“No hay un orden establecido para los besos, arañazos y mordiscos, ya que se dan en momentos de excitación. Se recurre a los mismos, generalmente, antes de la unión, mientras a los golpes y gemidos durante el desarrollo de la misma. Vatsyayana sostiene, por el contrario, que todo se puede hacer en cualquier momento, ya que la pasión no conoce deferencias. Durante la primera unión conviene valerse de los mismos, con una mujer que ya sienta confianza, no demasiado abiertamente y en forma alternativa; en las siguientes, se practiquen con mucho ardor y en grupos particulares, para inflamar el deseo. Se besa la frente, la cabellera, las mejillas, los ojos, el pecho, los senos, los labios, la boca y también la ingle, los sobacos y la zona por debajo del ombligo. A causa de la excitación, y por las costumbres locales, hay muchos otros sitios, pero no todas las personas tienen que recurrir a los mismos; es la opinión de Vatsyuyana. […]

[…] Cuando la mujer se sienta de rodillas, se la puede golpear con el puño en la espalda. Entonces, como si estuviera enfadada, ella tiene que imitar el ruido del trueno, llorar, arrullar y devolver el golpe. Durante la unión, el hombre la golpee entre los senos con el revés de la mano, comenzando suavemente y aumentando según va creciendo la pasión, hasta el clímax. Entonces, cuando se le pega, ella emite el sonido hinn y todos los demás, sin restricción, insistiendo y variando”.

Otros temas que se abordan en la primera parte del Kamasutra son el amor con la boca, es decir el sexo oral, normas para pedir a una mujer en matrimonio o cómo dirigirse a una jovencita. Aunque es cierto, cada uno necesita un artículo individual. –

Fuente: www.culturacolectiva.com