Este artículo fue redactado y avalado por el médico Leonardo Biolatto

El micoplasma genital es una bacteria descubierta relativamente hace poco tiempo, pero que es importante conocer para saber cómo prevenir la infección que causa.

Puede que nunca lo hayas sentido nombrar, ya que se trata de un nombre muy técnico y científico, como los nombres de todas las bacterias. Aunque algunas son más conocidas por la mayor difusión que han tenido. El micoplasma genital, en cambio, es relativamente reciente en su descubrimiento.

¿Qué es el micoplasma genital?

Desde la década de 1980 se lo conoce, precisamente desde 1981, una vez que fue identificado como bacteria en dos pacientes que padecían una enfermedad llamada uretritis, y que no estaba causada por el germen más frecuente que las causa: el gonococo.

De todas formas, no es hasta estos años cercanos en que se confirma con seguridad, mediante estudios científicos, que se trata de una bacteria causante de enfermedades de transmisión sexual. Podría decirse que el estudio publicado en 2015 en la Revista Internacional de Epidemiología es la confirmación de ello.

En sí, el micoplasma genital es una bacteria que pertenece a una familia de bacterias llamadas “Micoplasma”. En esa familia podemos mencionar también al Micoplasma pneumoniae y el Micoplasma hominis. Es la bacteria más pequeña que conocemos que puede vivir de forma independiente, y la segunda más pequeña de todas las conocidas por el ser humano hasta hoy.

Se comporta como un parásito en las células humanas, habitando células del aparato respiratorio y del aparato reproductor. Por ello es difícil diagnosticar su infección, ya que no aparece en los microscopios convencionales para pruebas diagnósticas, y cultivarla requiere laboratorios muy especializados.

Las causas del micoplasma genital

Dentro de esta familia de micoplasmas, el micoplasma genital es el que encuentra su lugar de anidación en las células del aparato reproductor del ser humano, por lo que podemos considerarla una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

Por lo tanto, entendemos que el contagio se vincula a prácticas y relaciones sexuales, donde un ser humano que es portador de la bacteria lo transmite a otro. A través de los fluidos intercambiados en relaciones vaginales, anales u orales, la bacteria puede pasar de un huésped a otro.

Esto, por supuesto, sucede si se dan dos condiciones: que uno de los participantes en la relación sexual esté infectado con micoplasma genital, y que no se estén utilizando durante la relación los mecanismos de protección adecuada (como un preservativo, por ejemplo).

Ciertas personas tendrán más riesgo de contraer la infección que otras. Como ya dijimos, aquellas que no utilicen preservativos en sus relaciones sexuales. También aquellas que utilizan juguetes sexuales en sus encuentros y no toman las medidas higiénicas básicas para con ellos.

Síntomas de la infección por micoplasma genital

El micoplasma tiende a ocultarse, por su naturaleza pequeña y su condición de parásito. Puede suceder que la persona infectada no manifieste síntomas inicialmente. En general, la bacteria tarda entre 1 a 3 semanas, desde que ingresa al organismo, para manifestarse.

Debemos diferenciar los síntomas que aparecen en el varón de aquellos que aparecen en la mujer. En el varón, la presentación más común es la enfermedad denominada “uretritis”, o sea, una inflamación en la uretra, que es el conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpoEn la mujer, la presentación más común es la “cervicitis”, o sea, una inflamación del cuello uterino.

El varón puede sentir:

  • Ardor al orinar y hasta dolor
  • Picazón
  • Secreciones a través de la uretra hacia el exterior, de aspecto muy distinto a la orina

La mujer puede sentir:

  • Picazón vaginal
  • Dolores en la zona pélvica
  • Sangrado durante las relaciones sexuales
  • Aumento del flujo vaginal con cambios en el olor
  • Molestias al orinar

Estudios científicos recientes estuvieron asociando la infección por micoplasma genital con infertilidad, en caso de no haber sido tratada a tiempo. Y en las mujeres embarazadas puede adelantar el trabajo de parto, o provocar un aborto espontáneo.

Tratamiento para el micoplasma

Debido a que el diagnóstico certero de infección por micoplasma genital es dificultoso y no está disponible siempre, ni en corto tiempo tampoco, los protocolos médicos indican la realización de un tratamiento empírico a los pacientes con síntomas de enfermedades de transmisión sexual.

En otras palabras, se deben prescribir antibióticos antes de las pruebas diagnósticas confirmatorias, con medicamentos que ya se ha probado que son capaces de eliminar a los patógenos más frecuentes de las ETS.

Una persona con los síntomas que enumeramos previamente, seguramente recibirá antibióticos de dos variedades diferentes, en un esquema de tratamiento que puede ser de una única dosis o de hasta siete días. Si los síntomas persistiesen luego de este tratamiento empírico, el médico indicará una segunda ronda de antibióticos, con fármacos de distinto espectro.

Además de los antibióticos, es parte fundamental del tratamiento la suspensión de las relaciones sexuales hasta confirmar la erradicación de la infección, y el tratamiento en conjunto de la o las parejas sexuales de quien se encuentra infectado, para evitar la reinfección.

Fuente: www.mejorconsalud.com

Chat WhatsApp