Varios estudios señalan que la frecuencia de las relaciones sexuales disminuyó y hay diversos factores que influyeron para que esto suceda.

Las relaciones sexuales forman parte de nuestra vida y, si bien muchas personas las tienen con mucha frecuencia, un estudio reveló que hay otras que no están teniendo muchos momentos de placer sexual y que eso se debe a diferentes situaciones. El estrés, el consumo de pornografía y redes sociales o los nuevos roles entre hombres y mujeres en la sexualidad son algunas de las razones que apuntan los expertos.

Según un estudio publicado en la revista académica Archives of Sexual Behaviour , los estadounidenses mantenían nueve veces menos relaciones sexuales a principios de la década del 2000 que a finales de la de 1990. Un resultado similar al de una encuesta sobre tendencias en este ámbito realizada en el mismo país, revelaba que la inactividad sexual había aumentado entre 2010 y 2018, especialmente entre las personas más jóvenes.

En una época en la que el sexo es más libre y, ante la consulta de cuáles son los motivos por los que practicamos menos sexo, Raúl Padilla, experto en sexología y terapia sexual individual y de pareja indicó: “Si con vida sexual hablamos de sexualidad compartida, es decir, si excluimos a la masturbación de la vida sexual de la persona, no cabe duda de que la pornografía afecta a la disminución de las relaciones”.

El sexólogo indicó que el consumo de pornografía suele complementar mucho más a menudo a las relaciones sexuales individuales que a las que se producen entre varias personas, por lo que no es extraño que se considere una alternativa viable más que a un complemento a las relaciones sexuales de pareja, sobre todo si existen otras variables emocionales implicadas, es decir, problemas de relación más allá del plano sexual.

Otros motivos por los cuáles tenemos menos sexo

Por otra parte, las redes sociales también pueden influir en la frecuencia de las relaciones, especialmente entre los más jóvenes y Luis Guillén Plaza, psicólogo y sexólogo de Psicopartner, comentó que resultan ser negativas debido a “la presencia de cánones de belleza normativos” que generan insatisfacción, “junto a sentimientos de culpa, ira, tristeza y frustración”.

 

“Los contenidos están basados en la perfección corporal y el culto a la delgadez, lo que genera que esta comparación constante en la imagen corporal, junto a la retroalimentación que se da en este tipo de plataformas, como los likes y los comentarios, generen expectativas inalcanzables”, señaló el experto.

El estrés y la ansiedad

El estrés es el resultado físico y mental producto de haber sufrido un exceso de presión mantenido a lo largo del tiempo. Los casos de estrés y ansiedad aumentaron en los últimos años y, como consecuencia, esto también interfiere en el plano de la sexualidad.

“El deseo sexual es un lujo, es un uso de nuestros excedentes energéticos para el placer. Por eso, cuando la energía es necesaria para otros procesos más primarios nos es más complicado tener deseo”, declaró Padilla, quien agregó que en una situación de estrés “nuestra mente y cuerpo están buscando restablecer el equilibrio en una situación de agotamiento. Los estímulos que requieren una respuesta energética no se ven como algo deseable, sino como otra demanda del ambiente, una carga más, un deber”.

Por su parte, Guillén resaltó que el estrés es uno de los mayores responsables de las disfunciones sexuales, tanto en hombres como en mujeres. “Esto se debe a que la hormona del estrés es el cortisol, que se encarga no solo de la reducción del deseo sexual, sino que impide el alcance de orgasmos”, dijo. Además, el psicólogo hace referencia a la propia preocupación ante el desempeño sexual, que también conduce al estrés y, como consecuencia, a las disfunciones en este ámbito. Sobre las mismas, apunta a problemas de erección en el caso de los hombres y a la anorgasmia en las mujeres.

Fuente: www.tn.com.ar

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