Estimular los sentidos, cambiar de escenarios y de velocidades son algunas de las cositas que puedes hacer para no caer en la rutina sexual.

Cuando estamos en una relación de pareja que lleva ya sus años de estabilidad es muy fácil que la llama de la pasión de los primeros días se vaya apagando. Sin embargo, puedes incluir variedad en tus relaciones sexuales enfocándote en alguno de los sentidos, para vivir experiencias sensuales, y en algún tipo de estimulación distinta. Y es algo bastante sencillo… Por ejemplo, si pones una bombilla roja en tu lamparita de noche ya estarás generando un cambio. También puedes vendarle los ojos a tu pareja con un par de medias o con un pañuelo, así enaltecerás sus otros sentidos y la experiencia será más sexy y erótica.

Ten presente que si el sexo no se vuelve rutinario te mantendrá mucho más interesada en él. En cambio, si entras en la rutina se producirá una especie de espiral descendente del que se hará más difícil salir. Es cierto que cuando una pareja ya se estableció se pierde la novedad y es por eso que hay que trabajar para que las circunstancias y las experiencias sean novedosas.

El sexo puede funcionar como factor de unión y también de separación. Ayuda mucho que el sexo sea bueno en la pareja, sin embargo, no lo es todo. Para que el sexo funcione bien también deben funcionar bien otras cosas. Si no hay respeto, confianza, ni honestidad, no servirá de mucho. Asimismo, si todas esas cosas funcionan bien, pero el sexo es de mala calidad… Lamentablemente, el panorama no es muy alentador para esa pareja. De hecho, se desvalida la definición de relación en pareja, que incluye el componente sexual y erótico.

Dicho esto, ¿cómo podemos condimentar nuestras relaciones sexuales? Estimulando los sentidos, incluyendo juegos  y juguetes sexuales, probando nuevas posiciones sexuales, explorando fantasías sexuales, teniendo sexo en lugares inesperados, variando la duración de la relación sexual (como con los rapiditos o el sexo tántrico) y cambiando de velocidades. Precisamente, vamos a concentrarnos en esta última variante. ¿Qué es eso de cambiar de velocidades?

El reconocido sexólogo norteamericano Barry McCarthy propone un ejercicio para hacer en pareja -¡claramente!- que consiste de ir de menos a más, cambiando las velocidades desde la primera a la quinta.

Primera

¡Acaríciense y bésense con la ropa puesta hasta que no puedan más de deseo!  Además, los retrotraerá a la adolescencia, a esa época donde hacían casi todo, pero no había penetración. ¿Te acuerdas de aquellos encuentros súper calientes que vivías con tu primer novio cuando se quedaban solos en casa? ¡Hervían de ganas y tenían que aguantárselas! Recordar esa situación ya los pondrá a tono.

Segunda

Aquí ya puedes quitarte la camiseta, pero no te saques toda la ropa. Déjalo que se las ingenie para colar sus manos por debajo de lo que llevas puesto. Vayan descubriendo, poco a poco, las partes de su cuerpo.

Tercera

Así, semidesnudos, comienzan a alternar caricias genitales y no genitales. Pueden hacerlo mientras se encuentran apretujados en el sillón, en el auto, en la ducha o mientras se dan unos deliciosos masajitos eróticos.

Cuarta

Caricias genitales, sexo oral, besos por todo el cuerpo, caricias sobre diferentes zonas erógenas, suaves mordisqueos… Sin embargo, deben seguir dilatando la penetración o aquellas estimulaciones tan directas que pueden llevarlos al orgasmo.

Quinta

Si pasaron los cambios a la velocidad correcta, cuando pongan quinta estarán a punto caramelo. Ya están listos para buscar el orgasmo de la manera que más les guste. Eso sí, sin olvidarse de todo el romanticismo y la intimidad que generaron en los pasos anteriores.

Para incluir variedad en la rutina sexual que tienes con tu pareja, te recomiendo que leas otros tantos consejitos que comparto en mis libros.

Fuente: www.universoalessandra.com

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