Dos hombres, una mujer… ¿El trío menos pensado?

Qué pasa si somos nosotras (y no ellos) las que proponemos invitar a alguien más a la cama. De la fantasía a la realidad, nuestro concepto de sexo múltiple.

¿Será cierto que las mujeres fantasean y los hombres pasan a la acción? En lo que respecta a tener sexo con tres o más en la cama, sí.

Los varones, solos o en grupos, no se privan de tener sexo grupal. Y no importa si el deseo es hetero u homosexual. En cambio, para una mujer concretar la fantasía de estar con dos o más hombres y/o mujeres suele ser un problema. Todavía la mano del hombre sirve de guía para entrar en estos terrenos del placer.

La barrera del machismo

Las alternativas sexuales de muchas parejas incluyen fantasear primero y animarse después. La fantasía del hombre heterosexual sigue siendo prioridad: un macho y dos hembras excitan más que dos hombres y una mujer.

Si la mujer pide incluir varones en la cama, tendrá que vencer la sensibilidad machista. A él le costará la idea de ver a «su» mujer con otros hombres. También se movilizarán temores homosexuales: ¿Y si me besan? ¿Y si me tocan?

¿Las solteras prueban más?

Fuera de la pareja, las damas también son reticentes a dar el paso. ¿Será que una mujer sola no se anima, o su deseo sólo debe quedar como patrimonio de la imaginación? Intervienen ambas cosas: por un lado el temor de llevar desconocidos a la cama, y por el otro, la satisfacción que produce la fantasía sin necesidad de pasar al hecho.

Dejando de lado las experiencias grupales con personas conocidas (parejas, ex parejas, “amigos con derecho a roce”, etc.), entrar en la cama con escorts o “levantes” ocasionales requiere de cierta audacia y un fuerte deseo que desafía a llevar adelante el impulso sexual. Casi una transgresión para los condicionantes de género. Sólo unas pocas contratan servicios de atención múltiple que se anuncian en páginas que inspiran alguna confianza.

El goce en ascenso

Por supuesto que la mujer que se interna en los juegos eróticos con dos o más hombres gusta de un sexo intenso y variado. Nada de poses convencionales ni palabras románticas. Lejos de un rol “pasivo”, ella pide, hace y acciona. Su comportamiento sexual cumple con las fantasías y se anima a más.

La mujer que está con dos o más hombres sabe tener sexo y toma todos los recaudos para pasarla bien y no estar pensando en situaciones amenazantes. La actitud de cuidado es primordial. Si lo hace para disfrutar del sexo, de su propio cuerpo, del contacto de los cuerpos, de la libertad que inspira, para nada querrá que la escena múltiple se altere por la desconfianza.

Otra variante: tres damas en la cama

Las alternativas sexuales de tres incluyen también estar con dos o más mujeres en la cama. Elerotismo lesbiano gusta de un juego corporal prolongado, que puede incorporar, o no, el uso de dildos o vibradores. Las mujeres usan las manos, el sexo oral y contacto cuerpo a cuerpo para brindarse placer.

Es posible que no opten por contratar servicios de escorts mujeres y prefieran relacionarse con mujeres conocidas o “amigas con derecho a roce”. Por lo general el erotismo homosexual femenino no acostumbra a pagar por sexo, como sí ocurre, y con mucha frecuencia, en el erotismo hétero y homosexual masculino.

Por el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

Fuente: www.entremujeres.com